
Los bebés, y en general los niños pequeños, sin llegar a sufrir un resfriado tienen muy a menudo gran cantidad de moco y flemas que les producen congestión nasal, tos, lagrimeo y legañas. Hoy te paso algunos tips para tratar la congestión infantil.
Estas mucosidades no son síntoma de enfermedad. Generalmente son un mecanismo de defensa frente a virus y bacterias que penetran en sus vías respiratorias por la nariz. Para evitar su entrada y proliferación en el organismo, las propias defensas del niño producen ese moco que las arrastra hacia el exterior. Dándose la temida congestión infantil.
Para aliviarnos de la congestión lo más sencillo en nuestro caso es sonarse, pero los niños no saben hacerlo. Como consecuencia de esta congestión los niños respiran y comen mal, no pueden succionar del pecho o biberón y tragan con dificultad (incluso los de cuchara). Les impide chupar el chupete, rechazan la comida, duermen inquietos e incluso roncan al dormir. La conclusión final es niño irritable, incómodo, con sueño y hambre. La congestión infantil es un verdadero latazo!
Medidas que alivian
- Ofrecerle agua a menudo ayuda a que los mocos y flemas sean mas fluidos y se movilicen con mayor facilidad.
- Favorecer ambientes húmedos, bien ventilados y sin humos.
- No es aconsejable utilizar esencias para el ambiente, puede producir irritación en sus mucosas.
- Ofrecerle comida de forma frecuente y poco abundante. Nunca forzar.
Lavados nasales
Podemos utilizar suero o cualquier tipo de agua de mar adaptada a su edad.
Tumbaremos al niño de lado para evitar que se trague la mucosidad. Aplicaremos el suero en la fosa nasal que queda arriba y girar la cabeza para aplicar en la otra fosa.
Uso del aspirador nasal
Es conveniente ser muy cuidadoso con el aspirado y dejar pasar unos minutos tras la aplicación del suero. De esta manera se habrá ablandado y despegado el moco de la mucosa nasal. Si lo hacemos pronto podemos irritarla y esto origina más cantidad de moco y volvemos donde empezamos.
Despejar los bronquios con toques suaves en la espalda con la mano cóncava. Es mejor hacerlo antes de las tomas para evitar que la tos facilite el vómito.
Limpiaremos las legañas ablandándolas con suero y después arrastrando con una gasa siempre distinta para cada ojo.