Aquí andamos bregando con la vuelta al cole y con la vuelta a una normalidad que, tengo que decirlo, de normal no tiene nada. Gracias a los talleres de la Escuela AburriGym promovida por Sprinter hemos aprendido herramientas para gestionar el famoso aburrimiento en sus talleres gratuitos.
Son muchas las horas que pasamos en casa y sin relacionarnos con otras personas. Ya es bastante complicada la situación como para estar ampliando nuestras «burbujas». Con lo cual la frase «mamá me aburro» es una tónica bastante general últimamente aquí. Muy fuerte cuando son tres niños pequeños en casa!
Los peques van al cole, vuelven y mamá que me aburro. Durante un tiempo me sentí un poco culpable porque por logística familiar era imposible llevarlos a extraescolares. Y ellos querían ir. Pero luego me di cuenta de que había otras muchas actividades que ellos mismos podían desarrollar sin necesidad de ir a ninguna parte. En la calle, en el patio de casa, hasta en sus propias habitaciones.
Los niños y niñas se tienen que aburrir
Durante el confinamiento me vi en algún momento haciendo el pinopuente para entretener a esta gente. Fueron muchas horas muertas en casa. Estaba aburrida hasta yo. Pero llegó un momento que comprendí que los niños necesitan aburrirse. De ese aburrimiento salen cosas maravillosas, te lo aseguro. Mirar al techo y descubrir por si mismos que pueden crear formas en las sombras con sus manos, por ejemplo. Y cuando les dejé aburrirse a ellos, tuve la ocasión de aburrirme yo. Puse un orden maravilloso en todos los armarios y cajones de toda la casa entre otras muchas cosas jajja. Fíjate si fue productivo mi aburrimiento!
Aquí somos bastante de dejar a los niños jugar a su libre albedrío y poco de tecnología, la verdad. Me he sorprendido bastante cuando me han dicho mamá me aburro, los he ignorado un poco a sabiendas, y han creado en equipo sus propias formas de entretenimiento. Generalmente haciendo piña entre los hermanos, cosa que hacía bastante falta en esta casa por cierto. Con lo cual no hay que sentir culpabilidad si no podemos estar a todas horas jugando o proponiendo juegos y actividades a nuestros hijos. Aburrirse es bueno y propicia la creatividad de cualquier manera. El tiempo libre en mi opinión es un regalo.
Demasiada sobre estimulación
La sobre estimulación en los niños está a la orden del día. Los llenamos de exceso de actividades dirigidas. De esta manera no tienen oportunidad de crear por si mismos y ante una situación en la que quizás no podamos darle una actividad, se verán desamparados totalmente. Sin recursos para cubrir sus propias necesidades.
Me atrevería a decir que algunos incluso han perdido ya la capacidad de reaccionar al juego por si mismos si no es a través de la tecnología. El móvil y la consola se ha convertido en la niñera de nuestros hijos. Pero que nos pasa a los adultos también! Todo el día pendientes de las notificaciones del móvil. No sabemos gestionar nuestro tiempo libre y pasamos buenas horas pegados a cualquier red social o a Netflix. Incluso nosotros mismos, que a la que tenemos 5 minutos libres echamos mano de lo que llevamos continuamente pegado a ella: el teléfono móvil. Sin dar oportunidad siquiera a otra forma de entretenimiento porque al final es la más rápida y la más completa.
El aburrimiento es una emoción
Así es, el aburrimiento es una emoción y hay que gestionarla como tal, acompañando. Pero también hay que dejar que cada uno la viva a su manera. Aburrirse significa que no hay algo concreto que hacer en un momento determinado. De esta forma en el cerebro de nuestros peques se desencadenan búsquedas de soluciones a ese conflicto. Es una oportunidad de potenciar la curiosidad, la autonomía, la alegría y la confianza entre otros. Ten a mano materiales con los que ellos puedan crear.
Conclusión: deja que tus hijos se aburran y anímales a buscar soluciones creativas por si mismos.
