Efectivamente, existen grasas buenas. Nos han metido en la cabeza que las grasas son las malas de la película y nos enfocamos en eliminarlas al máximo posible. Y lo peor es que además de eliminar los fritos, que está bien, nos enfocamos también en utilizar menos AOVE, aceite de oliva virgen extra, sin darnos cuenta de que es oro líquido, fuente de vida. Dando prioridad en muchos casos a carbohidratos refinados que no tienen valor nutricional.
En casa utilizamos AOVE de la mejor calidad que encontramos. Normalmente el aceite de oliva de Manuel Molina. Una marca productora de aceite española de origen cordobés. A mis niños les encanta y cualquiera de sus variedades, tiene un sabor excepcional. Menudas mayonesas caseras y ensaladas nos marcamos en casa! Echa un vistazo en su tienda online.
Grasas buenas, como el AOVE
Cuando hablo con la gente en general de que las grasas son necesarias, me sorprende que les alucine que existan «grasas buenas«. Y no me estoy refiriendo a que el mundo entero deba de estar en cetosis, sino a que son más sanas las grasas buenas que los carbohidratos refinados y hoy día se les da prioridad a éstos últimos. En cualquier pirámide nutricional tradicional aparece en su base los cereales, el pan, el arroz… y más arriba, en menos cantidad, las grasas. En esas pirámides no especifican que los carbohidratos serían más sanos si no estuvieran refinados, conservando su salvado, su endoresperma y su germen completos. Es decir, integrales. Pero integrales de verdad. Que muchas veces das la vuelta al paquete y ves que le al refinado le han añadido un puñado de salvado a parte y se han quedado tan panchos!
Los fritos son poco saludables. Calentar el aceite lo degrada y le quita propiedades. Aún así siempre es mejor utilizar aceite de oliva para cocinar que aceites de semillas, como el de girasol, que se degradan aún más rápido y que son tremendamente inflamatorios. El AOVE en crudo es fuente de vitaminas y ácidos grasos esenciales con unas propiedades extraordinarias.
El AOVE regula el pH de nuestro organismo favoreciendo la absorción del calcio y el magnesio. Protege a nuestro aparato digestivo de los ácidos. Funciona como antiinflamatorio y reduce el estrés oxidativo previniendo enfermedades como la artritis, cáncer y enfermedades autoinmunes y cardíacas. Potencia el nacimiento de nuevas neuronas y tejido cerebral aumentando nuestra función cognitiva. Previene la diabetes tipo 2 mejorando la sensibilidad a la insulina.
Como curiosidad te diré que cuando las mamás de mi grupo de lactancia llegaban con grietas en el pecho, siempre les recomendaba AOVE. Además de ser tremendamente emoliente, tiene propiedades antibacterianas, y las grietas no dejan de ser heridas susceptibles de infectarse. Heridas que deben sanar rápidamente y que están en contacto directo con la boca de nuestro bebé. No hay nada mejor que el aceite de oliva, el bebé puede chuparlo sin problema. Probadísimo!
Las grasas buenas ayudan a bajar de peso
Te digo desde ya que las dietas bajas en grasas son menos efectivas que las dietas bajas en carbohidratos para la pérdida de peso. La grasa nos proporciona más engería, más limpia y más estable que los carbohidratos (azúcares). Comer grasa no es sinónimo de almacenar grasa. Los mismos carbohidratos se convierten en grasas y se acumulan en nuestro organismo con una facilidad y una velocidad pasmosa. Además la grasa es altamente saciante.
Deja los fritos a un lado y consume más AOVE, aceitunas, aguacates, frutos secos, semillas y pescado azul. Repletos de grasas saludables, omega 3, antioxidantes, polifenoles, potasio, vitC, carotenos y fibra.
Carbohidratos refinados, cuanto más lejos, mejor
En el momento que se «refina» un alimento, se está modificando de su forma original, con lo cual aquí ya tenemos un alimento procesado. Cuántas veces has escuchado que los procesados no son sanos, verdad? Las harinas de cereales y el arroz refinados están muy buenos pero son bombas de calorías sin sentido. Cuando se refinan no solamente pierden su fibra, sino una cantidad considerable de nutrientes. Al refinarse son más sencillos de digerir, pero eso también quiere decir que sus carbohidratos pasan rápidamente al torrente sanguíneo en forma de azúcares. Por eso habrás escuchado decir que son alimentos de alto índice glucémico. Los diabéticos ni tocarlos, por supuesto. Ya te habrás dado cuenta de que definitivamente las papillas infantiles, no es un alimento de los más recomendables.
Estos alimentos son los cereales de desayuno, las papillas infantiles, el pan blanco, la pasta, el arroz, la harina… Ni te voy a contar del azúcar, que es igual de malo refinado que sin refinar. Son lo que muchos nutricionistas llaman calorías vacías. Están repletos de ellas, pero no valen para nada más que para dañar nuestra salud.
Educación nutricional
Los niños casi siempre acaban reproduciendo de adultos lo que vieron en casa. Es importante pararnos a pensar unos minutos en que tipo de alimentos les ofrecemos. Yo se que es más sencillo tirar de procesados, fritos, pastas y arroz (que por cierto tiene mogollón de arsénico, ya te hablaré de ello otro día). Soy madre de una familia de 3 niños, te aseguro que lo se. Pero hay que educarlos en la variedad, en la salud y sobre todo en las buenas prácticas alimenticias. En casas de mis padres jamás se utilizó el aceite de girasol y así comencé a hacerlo yo cuando me fui a vivir sola.
Quizás se pueda caer en el tópico de que la buena alimentación, o la alimentación saludable, es más cara. Pero no es cierto. Los procesados son caros y los carbohidratos a corto plazo también. Al ser alimentos bajos nutricionalmente hablando, que llenan poco además, comemos más cantidad y de otras cosas en conjunto para quedar saciados. A parte de que quizás tengas otras prioridades en tu vida, esto es así, pero la salud debería ser una de ellas.
Muchísimas gracias a Aceites Manuel Molina por enviarnos estos productos buenísimos derivados de sus preciadas olivas cordobesas.
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